La actividad
industrial ha aumentado a un ritmo constante desde alrededor de 1800. Durante
el mismo periodo, el CO2 atmosférico se ha incrementado de forma
continua. Muchos científicos señalan que es probable que los aumentos recientes
en la concentración de dicho compuesto influya en el clima global y afectará
sin duda alguna a la biota de todos los ecosistemas terrestres.
Los
científicos han reconstruido muy cuidadosamente la composición atmosférica
estudiando las burbujas de aire atrapadas en el hielo en lugares como
Groenlandia y la Antártida, ya que estos espacios de aire dentro del hielo
conservaron un registro de la atmósfera antigua.
¿Qué
podemos concluir a partir de los datos obtenidos? Actualmente varias de estas
preguntas han sido aclaradas. En primer lugar, las concentraciones de CO2
en la atmósfera han cambiado mucho durante los últimos 160.000 años y han
variado de forma paralela con las temperaturas globales. Los niveles altos de CO2
atmosférico han aumentado considerablemente en los últimos dos siglos.
Esta aumento reciente ha superado todos los niveles alcanzados durante los
pasando 160.000 años. Existen pocas dudas de que los niveles actuales están
claramente influidos por la quema de combustibles fósiles.